La llamada revolución en el cáncer, la inmunoterapia, necesita de otras opciones para demostrar todo su potencial

Los casos de melanoma siguen aumentando.

Durante el Congreso de la Asociación Americana de Oncología (ASCO) se ha hablado mucho de un cambio de escenario o de una ‘nueva era’ en el tratamiento de cáncer con la incorporación de la inmunoterapia al arsenal terapéutico ya existente. Pero no es un ‘recién llegado’ a la oncología, sino que desde hace años se está tratando de utilizar el sistema inmune del propio paciente para «luchar contra el cáncer», señala Iván Márquez, delhospital Gregorio Marañón.

El sistema inmunitario es un conjunto de células y funciones que nos protegen de gérmenes patógenos.«La inmunoterapia del cáncer parte de la premisa de que es posible ‘engañar’ al sistema inmunitario para que luche frente a las células cancerosas como si lo estuviera haciendo frente a células infectadas por virus», explica Lynn Schuchter, de ASCO. Muchos de los estudios presentados en ASCO suponen una gran esperanza para los pacientes con cáncer, especialmente para el tumor colorrectal, de cabeza y cuello, melanoma, cánceres de la sangre (leucemias, mielomas, etc.) o de pulmón. Pero la inmunoterapia no se va a convertir, al menos a corto plazo, en un tratamiento exclusivo y único, sino que tendrá que combinarse con los tratamientos existentes, como la quimioterapia, los fármacos biológicos o la radioterapia, que ya han demostrado su eficacia. De la misma forma que, por ejemplo, ha ocurrido con el tratamiento del VIH y el sida.

Cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón es el tumor más frecuente y más mortal. En España se registraron 26.000 casos y 21.000 muertes en 2012. Este tumor parecía el ‘más resistente’ a la inmunoterapia, pero los expertos han visto que la clave era dar con las dianas moleculares, proteínas como PD-1 o PDL-1, para que los resultados dieran sus frutos. Y eso es lo que se ha puesto de manifiesto en ASCO con la presentación de los resultados de estudios con inmunoduladores, como nivolumab y pembrolizumab, que han demostrado aumentar la supervivencia en estos pacientes. Luis Paz Ares, del hospital Universitario 12 de Octubre, presentó los datos del primer estudio en fase III que demuestra que la inmunoterapia es eficaz en el tratamiento de cáncer de células no pequeñas, cuyo tratamiento en las fases más avanzadas no es muy eficaz. Según el experto, los pacientes que mayores niveles de PD-1 eran los que más se beneficiaban de esta terapia, que lograban una supervivencia incluso de 9 o 18 meses. «Es uno de nuestros objetivos -señaló el oncólogo español-: aumentar el porcentaje de supervivientes en cáncer a largo plazo».

También se presentó un trabajo del Grupo Español de Cáncer de Pulmón(GECP) que ha descubierto que analizar el perfil genético del cáncer de pulmón puede mejorar la eficacia del tratamiento con quimioterapia posterior a la intervención quirúrgica, en especial en aquellos tumores en los que existe un alto riesgo de recaída. En concreto se trata del nivel de expresión del gen BRAC1.

Melanoma

Cada año, explica Iván Márquez, se diagnostican cerca de 800 casos de melanoma mestástasico en España. «Aunque no es el más frecuente, afecta a personas jóvenes, y supone la segunda causa de años perdidos de vida después de la leucemia». Se trata de dos fármacos dirigidos a dos ‘checkpoints’ del cáncer: PD-1 y CTLA-1. Este tipo de fármacos ya han demostrado su eficacia en cáncer de pulmón y melanoma, pero en melanoma avanzado no había muchas opciones. La conclusión que presentó Jedd Wolchok, del Memorial Sloan Kettering Center (EE.UU), es que si el ipilimumab consigue una respuesta global del 19%, el nivolumab la logra del 43,7%, y la combinación de ambos la eleva al 57,6%. Y los datos, si se confirman dentro de un año, dice Márquez, «podrían cambiar la forma en la que vemos la enfermedad y hablar de cronificar el cáncer».

Leucemia linfática crónica

Esta enfermedad huérfana, cada año se diagnostican unos 2.000 casos en España, ha recibido muy buenas noticias en ASCO. No es una enfermedad muy común, explicó Francesc Bosch, del Grupo Español de Leucemia Linfática Crónica y hematológo del hospital Valle de Hebrón, pero que solo tiene una supervivencia media de 12 años. Y el problema, señaló, es «todos los pacientes recaen a los 5 o 6 años», y cuando esto ocurre es muy difícil de tratar. Pero de acuerdo con los datos presentados en Chicago se puede empezar a hablar de una especie de «curación virtual» de los pacientes gracias a un nuevo tratamiento que combina un nuevo fármaco biológico oral, ibrutinibib, con el tratamiento convencional este tipo de tumor. «Los datos confirman el papel de este fármaco en la leucemia linfática crónica», afirmó el autor del ensayo, Asher Chanan-Khan, de laClínica Mayo (EE.UU.), en el que han intervenido 15 centros españoles.

Mieloma

Buenas noticias también para los pacientes con mieloma múltiple resistentes a múltiples tratamientos que podrían tener por fin un tratamiento eficaz, de acuerdo con los datos que presentó Saad Zafar Usmania, del Instituto del Cáncer de Charlotte (EE.UU.). Se trata de un anticuerpo anti-CD38, el daratumumab, que aumenta la supervivencia al año en un 65%: 1 de cada tres pacientes respondió al tratamiento. «La eficacia de la terapia es muy importante y va a suponer un avance relevante para estos pacientes que hasta ahora tenía opciones muy limitadas», señaló Mª Victoria Mateos, del hospital Clínico Universitario de Salamanca, y autora del estudio que también se publicará en «New England» y que probablmente podrá cambiar las directrices de tratamiento para esto tipo cáncer.

Cáncer oral

Un estudio en fase III parece resolver algunas cuestiones pendientes sobre el momento óptimo de la cirugía de los ganglios linfáticos del cuello para los pacientes con cáncer oral en estadio temprano. Esto demuestra que un enfoque preventivo, conocido como disección cervical electiva (FIN), mejora la supervivencia y reduce las tasas de recurrencia en comparación con la disección del cuello terapéutico (TND) realizado en el momento de ocurrencia nodal. El cáncer oral afecta a más de 300.000 personas en todo el mundo y es especialmente común en partes del mundo donde el consumo de tabaco es elevado.

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